BÚSQUEDA ENOLÓGICA
La Mala María está en permanente búsqueda del descubrimiento. disfruta de recorrer viñedos, reencontrándose con las plantas de cada año y viendo como los predispone la añada en curso. Mientras juega a imaginarse qué estilo de vino le quedaría mejor a la botella. Además, en cada visita a sus viñateros amigos descubre plantaciones vecinas, que la sorprenden con variedades minoritarias o que la invitan a proyectar nuevos corte y cofermentaciones.
... Así es ella, una escapista de la monotonía...
El ejercicio de la enología nos demanda largas y vertiginosas horas de trabajo. María Celeste comenzó a descubrir esto cuando combinó estudios (Universidad Don Bosco) y bodega (Peñaflor) y lo confirmó en Nieto Sanetiner, donde le toco responsabilizarse de las líneas Cadus y Bonarda reserva. La enología también la llevo a conocer otros mundos vitivinícolas y esto la enamoró de la diversidad varietal y sus combinaciones, a la vez que le mostró un universo plagado de arte.
Así se gestó una identidad disruptiva que hoy fusiona el arte plástico de Federica del Olmo y gráfico de Nicolas Álvaro, con lo que ella ha decidido nombrar como el noveno arte: LA ENOLOGIA REBELDE.
ENOLOGIA REBELDE: el arte de interpretar lo que consideramos LAS MEJORES UVAS de cada añada, mediante técnicas enológicas, sean respetuosas con lo que nos regala el viñedo. Sin importar las técnicas ancestrales o el crítico de moda.
LAS MEJORES UVAS: en el manual de LA MALA MARIA, las mejores uvas son las que reflejan el esfuerzo de los pequeños productores vitivinícola que hacen de Mendoza la capital del vino argentino. Todos ellos cuentan con un sello internacional de viticultor: la cara quemada por horas de trabajo al sol y manos rotas por el frio.
Si querés encontrarla tenés que buscarla en cada botella.
Disfrutamos de la libertad de recorrer viñedos aprendiendo de la historia de sus trabajadores, mujeres y hombres que llevan una vida cultivando los viñedos más diversos de Mendoza. Tenemos la inigualable posibilidad de afianzar lazos con nuestros productores y la libertad de encontrar nuevas uvas que ir sumando al equipo de La Mala.
Nos divertimos conviviendo en la misma bodega que otros pequeños productores y logrando sinergias a partir de esto. Para luego descansar un lugar con humedad y temperatura controlada, hasta que llegue la hora de salir a robar paladares.
Somos fugitivas de la monotonía, por eso sólo paramos en cada botella.
La Mala María sólo es fiel a sus principios.
Estamos convencidas de que la base de todo proyecto debe ser el respeto mutuo, a lo largo de toda la cadena productiva, para que el mismo pueda ser sostenible y sustentable.
Trabajamos en una estrecha relación con nuestros proveedores, desde la producción de uva, buscando siempre ese pequeño viñedo cargado de historia y nos ponemos a su disposición desde lo técnico y logístico.
Nos esforzamos día a día en el diseño, elaboración y crianza de nuestros vinos dentro de la bodega que nos hospeda, buscando lograr sinergias que se reflejen en el vino.
Nos encargamos de que cada botella te llegue de la mano de personas con pasión por el vino, porque somos cómplices a muerte de cada uno de nuestros distribuidores.
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