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Las mujeres y el vino han estado ligados a lo largo de la historia, tanto en el consumo como en la producción y elaboración del vino. Sin embargo, la presencia y la voz de las mujeres en esta industria a menudo ha sido ignorada o subestimada.

El Día Internacional de la Mujer es una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos que enfrentan las mujeres en todo el mundo y para renovar el compromiso de promover la igualdad de género. Este mismo se celebra anualmente el 8 de marzo recordando la necesidad de seguir trabajando en la eliminación de la discriminación y la violencia hacia las mujeres, así como en el reconocimiento de sus logros y contribuciones en todas las esferas de la sociedad.

En los últimos años ha habido una revolución de la mujer a nivel global, que ha llevado a un mayor reconocimiento de los derechos y la igualdad de género. Esta revolución ha sido impulsada por el activismo y la lucha de las mujeres, que han exigido cambios en la sociedad y en las instituciones para lograr una mayor igualdad y justicia.

Ahora que ya hemos hablado de por qué se dedica a la mujer este día del año, vamos a poner foco en cómo fue que las mujeres empezaron a involucrarse en la viticultura y enología.

La historia de la enología femenina se remonta a siglos atrás, aunque durante mucho tiempo las mujeres han estado marginadas en la industria del vino debido a los prejuicios de género. Históricamente, se consideraba que la producción de vino era un trabajo exclusivamente masculino, lo que dificulta que las mujeres accedieran a oportunidades y reconocimiento en el campo de la enología.

Pero, a lo largo del tiempo, cada vez más mujeres han comenzado a destacarse en la industria del vino, y en la actualidad existen muchas enólogas y productoras de vino que han conseguido importantes logros y reconocimiento.

A pesar de que aún existen desigualdades de género en esta industria, la presencia y aportes de las mujeres en este campo son cada vez más reconocidos. Están utilizando su trabajo como una forma de promover la igualdad de género y la lucha contra la discriminación de la mujer. En algunos casos, los vinos elaborados por mujeres se utilizan para recaudar fondos y apoyar a organizaciones que trabajan por los derechos femeninos.

En definitiva, el vino elaborado por mujeres es una forma importante de promover la diversidad y la igualdad de género en la industria del vino, y de apoyar el trabajo y la creatividad de las mujeres que trabajan en este campo.

 

La relación entre el arte del vino y el feminismo puede abordarse desde diferentes perspectivas

El arte del vino puede ser una herramienta para la expresión y la creatividad, y muchas mujeres en la industria del vino han utilizado su trabajo y su arte para crear conciencia sobre los problemas de género y promover la igualdad. A través de los años, y como ya hemos hecho mención, la fuerza de la mujer ha ido envolviendo más el mundo del vino... Pero... ¿Quiénes son algunas de estas maravillosas mujeres?

En esta oportunidad nos gustaría que las conozcan un poco más, y uno de los ejemplos más significativos es Susana Balbo. Se recibió de Licenciada en Enología en el año 1981, convirtiéndose en la primera mujer enóloga de Argentina. Susana es un icono de la industria vitivinícola y una de las mujeres argentinas del vino más admiradas y reconocidas a nivel mundial. Posee un historial de trabajo en la industria que inició en Cafayate, a cargo de la bodega de la Sucesión Michel Torino, donde empezó a trabajar con la uva Torrontés y le dedicó años de estudio. Posteriormente, tuvo paso por bodegas como Martins y Catena Zapata. Además, trabajó como consultora en importantes bodegas internacionales. Por sobre todo, su propio proyecto llamado Susana Balbo Wines tuvo nacimiento en 1999, lugar en donde aún hoy deposita sus energías elaborando vinos con reconocimiento y premios internacionales. Ejerció la presidencia de Wines of Argentina (WOFA) en tres oportunidades, de forma similar, ejerció la vicepresidencia en un periodo. Por otro lado, la revista The Drink Business la reconoció como “La Mujer del año” en 2015 y años más tarde dentro de “Las 10 Mujeres más influyentes en el mundo del vino” en 2018.

Susana Balbo, enóloga

También queremos resaltar el proyecto La Mala María, una propuesta creativa, innovadora que defiende el espacio femenino en la enología y lo acompaña de arte, tanto gráfico y plástico como narrativo. La propuesta de María Celeste Alvaro, que suma a sus dos hermanas, a su hermano y da una participación clave a la artista que plasma la idea en las etiquetas.

María Celeste Alvaro, enóloga

María Celeste, es una enóloga que trabajó en varias bodegas mendocinas y en esa trayectoria detectó que el mundo enológico necesitaba una perspectiva distinta. Así nace “La Mala María”. “Porque básicamente cada vez que una mujer tiene carácter suele ser considerada mala”, explica la protagonista, quien inició este proyecto en el 2016 con solo mil botellas y en la actualidad produce 80 mil, que se comercializan a toda la Argentina y se exportan a Brasil e Inglaterra. Ella expresa que: “el nombre viene de ironizar con ese adjetivo descalificativo que juzga a la mujer socialmente cuando se enoja, es firme o toma decisiones fuertes”

Además tenemos Proyecto Hermanas, que precisamente son dos hermanas Sofía y Lucila Pescarmona que se hicieron cargo de la bodega familiar con el objetivo de renovarla y acercarla a los jóvenes. Ellas son responsables de la bodega Lagarde, la cual se ha posicionado (gracias a su gran trabajo) a la bodega como una bodega boutique que privilegia etiquetas de alta gama en lugar de volúmenes masivos, y colocaron a sus vinos entre los más destacados del país por su calidad, cuidada elaboración, glamour y elegancia.

Para terminar esta nota queremos decir gracias a ellas y a muchas mujeres increíbles que hoy en día trabajan en este maravilloso mundo poniendo su pasión, esfuerzo y esmero en hacer esta bebida tan noble, y nosotros como fans del vino queremos decirles ¡Salud!

¡¡Feliz día mujeres poderosas!!