Naciste en el norte, el sol y la altura te fueron moldeando. Apareciste de la nada con tu música chamánica, tus taninos sorprendentemente dulces y suaves.
Andrés encuentra en la vibración de cada vino, su propia identidad, su razón de ser, y así surgen los diferentes demonios. Cada uno con sus características y especialidades, microvinificaciones, que expresan el cuidado por el terroir, el respeto por el origen, y la más fiel transformación de la fruta primaria.
“Los demonios son vinos para sentir, para dejarse emocionar, sin prejuicios ni limitaciones, solo atreverse a experimentar.”